La Ira y sus marcas...

¿Es la Ira el peor mal para el alma?¿Deja huellas en el Alma?

Somos lanzados a la vida una y mil veces, vivimos con diferente sexo, situación familiar, país, etc. Siempre somos otros sin embargo somos los mismos y no exactamente iguales una vida tras otra.
Del mismo modo que no somos iguales etapa tras etapa. Somos ese mismo bebé que vemos en una foto de nuestra infancia aunque nos percibimos diferentes.¿Qué hace a la diferencia? Nuestro crecimiento, el haber aprehendido nuevas cosas, el cambio corporal, el haber resuelto situaciones problemáticas y/o difíciles dando paso así a la nueva etapa.

A modo de ejemplo: aprender a caminar nos coloca como humanos en una nueva situación frente al mundo, a nuestras experiencias y posibilidades.
Es un gran esfuerzo vencer la fuerza de gravedad y caminar, lograrlo nos abrió las puertas a nuevos universos y descubrimientos, a experimentar y aprender más y más.

Así, en el Recorrido que hacemos, acumulamos conocimientos, experiencia, cambiamos en cada etapa y nos cuesta entonces reconocernos como ese bebé de aquellas fotos, aunque sabemos que somos nosotros.
¿Qué pasaría si ante las caídas propias durante ese aprendizaje decidimos abandonarlo?
Nos eternizamos en un lugar de bebes en la vida, desde lo físico, lo psíquico ,lo emocional y espiritual.
Si miramos dentro nuestro, encontraremos cuánto de niños tenemos,cuánto de adolescentes, de hijos, cuánto de etapas anteriores no concluidas aún por no habernos enfrentado a “lo difícil” de cada momento, por no haber atravesado los propios límites, dejándonos así detenidos en nuestra evolución.
Los obstáculos que se nos presentan al desear lograr algo y dirigirnos hacia allí, son para atravesarlos y en ese proceso aprendemos de nosotros, del mundo y de la vida, maduramos y crecemos.
No es la meta final lo más importante para nuestro crecimiento sino el Camino hacia ella.
Una vez que el bebé camina , ya ha logrado vencer unos cuantos obstáculos por lo cual ahora si puede pararse y caminar.
Esos obstáculos son parte necesaria de todo aprendizaje.


Ahora bien, ¿qué sucede si por no sentirnos aptos para atravesar esos obstáculos nos enojamos, echando la culpa a los demás, a las circunstancias, al azar, y abandonamos nuestros proyectos?
¿Cuántas veces creemos y nos convencemos, que son los demás los responsables y “culpables” de nuestras dificultades y nos llenamos de ira, de enojo y deseos de venganza?
¿Se imaginan cuál sería el destino del bebé que decide no caminar con la excusa que nadie comprende su esfuerzo, que los pisos son duros y que le duele cuando se cae o tropieza, etc., y la gama de justificaciones que se pueden exhibir con tal de no superar límites?
Al abandonar ese intento, el individuo se llena de enojo y resentimiento.
El enojo, la ira el resentimiento son terribles heridas para el Alma.
La ira es un sentimiento que frena toda evolución. Quien acumule y guarde en su Alma, a lo largo de su vida y de sus vidas, ira, se garantiza la involución y, también el riesgo de padecer enfermar su cuerpo.
Es la expresión del Amor en todas sus manifestaciones, la Cúspide de la Evolución humana, por lo tanto, la ira, el enojo, el resentimiento que arrastremos en el momento de nuestra muerte, nos asegura dolor y más dolor para la siguiente etapa.
Somos lanzados a cada vida como oportunidades de ir resolviendo todo aquello que se nos presenta como dificultad para así ser más sabios y desarrollar el Amor en nosotros colaborar en la Evolución Universal.
Es el bien propio y luego el bien común uno de los Pasos de nuestro desarrollo y, quienes permanecen en la ira no logran avanzar a estados más libres del Ser.
Así como la integración, la coherencia entre lo que de verdad sentimos, pensamos y hacemos nos lleva a vivir mejor, lo más placentero, es inversamente proporcional si vivimos divididos e incoherentes.
Veo a diario en el consultorio los efectos dolorosos de las contradicciones no resueltas haciendo que la “bronca” contenida amarga día a día nuestras vidas hasta dañar nuestro cuerpo así como también padeciendo dolores crónicos (úlceras, cefaleas,etc.)
Si vivimos así, arrastrando las contradicciones a lo largo de la vida, ¿por qué creemos que en el paso siguiente “se resolverá” todo eso? Solo se resolverá si comprendemos en sus últimas causas, raíces cada conflicto, y para ello hacernos responsables es el primer paso deseando no dañarnos más con esos sentimientos ,dandonos así Amor y cuidado, y dejar de esperar ese cuidado solo de afuera.


Rebeca Dobrowokier Kovacs.

LA SALUD COMO CAMINO


A diario escuchamos propagandas de formas, modos y estilos que podemos adoptar para estar sanos. Recetas de diferentes propuestas, ya sea a través de la comida, de la gimnasia, en fin, de diversas y variadas maneras. Sin embargo estas recetas no nos garantizan a cada uno un buen estado de salud.
Aún aquellas personas que a lo largo de su vida se han cuidado no solo con la buena ilimentación sino también con gimnasia, de pronto, un día se han sentido mal, con sensaciones desagradables o dolorosas y, después de consultas y, contra todo cálculo, se descubre que una enfermedad se desencadenó en ese cuerpo.
Inmediatamente surge la incertidumbre, la bronca, el miedo y junto a todos esos estados, también aparece el sentimiento de víctima de quien padece esa dolencia.
La enfermedad es sentida como ajena a la persona, “lo tomó” sin que esa persona se sintiera responsable por ello.
Si prestamos atención al modo habitual de referirnos a quien se enferma es mencionarlo como “tal se enfermó”, “se contagió”, frase que habla de alguien que “se causó” esa enfermedad, no decimos “lo enfermaron” (se enfermó a si mismo).
Revisemos los conocimientos que desde antiguo nos ayudan a comprender y resolver: Una Ley Universal enunciada en el Ky Balion “el universo es mental”, todo aquello con lo que alguien se encuentra en el mundo es porque cociente o inconscientemente lo creó.. Así como un edificio antes de ser realizado fue creado e imaginado por alguien, lo mismo ocurre con todos los aspectos de la vida.
Esto no implica que una enfermedad fue imaginada tal cual se presenta, implica que en la mente de esa persona algo “apareció” y formó esa enfermedad como una barrera a atravesar y probablemente como consecuencia de creencias inconscientes ó conciertes ó como respuesta a conflictos.
Este proceso de crear no es siempre concierte, es el resultado y consecuencia de algo desconocido que proviene del propio inconsciente y pueden arrastrase de vidas anteriores.
Una vida en donde las contradicciones profundas permanecen irresueltas, una vida en la que se ha reprimido aquello deseado en pos de suponer algún “reconocimiento”, una vida en la que quien vive no hace de ella lo que esa persona verdaderamente desea, bajo miles de excusas y justificaciones, sino que vive como le dijeron que debía vivir,con las creencias de otros, o de un modo aceptable socialmente; entonces después de muchos llamados de atención, como angustias, tristezas, ansiedades, etc, sin ser atendidos desde el Ser, se materializan en el cuerpo en forma de enfermedad.
Tal vez después de un período de crisis o de cambios es que surge un cuerpo dañado.
Hay enfermedades ligadas íntimamente a momentos en los que el área afectiva está en baja, depresiones, duelos ,etc.
Es decir, después de una separación ó una ruptura; varias enfermedades en las que las contradicciones, junto a otros componentes son el caldo de cultivo necesario para armarse..
Claro que en la vida pasamos infinitas veces por duelos, separaciones, frustraciones de toda índole, solo se trata de escucharnos sin tapar las consecuencias emocionales y mentales de esas experiencias para drenar y elaborarlas.
Es oportuno mencionar también otras enfermedades como las adicciones en general, la obesidad, los trastornos de piel y toda la gama de síntomas que, sin saberlo concientemente y, desde su más profundo grito de auxilio, el Alma encuentra para manifestar en el cuerpo algo que de alguna manera ya se había manifestado en las demás áreas.
Hasta aquí el planteo de la situación: hay un individuo que es “sorprendido” por alguna enfermedad de la cual se siente víctima , él no sabe cono ocurrió ni tampoco como curarse.
Entonces, desde la indefensión deposita su curación en manos de la ciencia sin tomar partido alguno y sin “sanarse” . Un individuo puede restablecerse desde la comprensión de qué en él lo enfermó para así poner en marcha aquello que lo puede curar. Si se enfermó entonces también podrá curarSe.
El proceso de curarse a si mismo consiste en ser parte activa y no ajena a eso que está ocurriendo en el único cuerpo que tenemos como lugar visible de un proceso que empezó mucho antes en la mente, también en las emociones y afectos, pero que eso no fue escuchado por suponer que callando desaparecía y lo que en verdad desapareció es la libertad de ese individuo.
Tomada así la enfermedad física se puede usar como una oportunidad de aprendizaje.
Entonces cuando una enfermedad nos tome tenemos la oportunidad de curarnos y, así darnos la posibilidad de cambio y la oportunidad de escucharnos que antes no nos dimos, permitirnos sentir y hacer aquello que es absolutamente personal y que hasta ese momento, por temor, y por otros motivos, no habíamos permitido que se manifieste.
Lo escrito hasta aquí es solo una introducción al tema, una llave que cada cual puede tomar y usar para su beneficio si es que quiere otorgarse un reencuentro con su salud, la única oportunidad posible de una sanación realizable sólo con la total participación personal.

Rebeca Dobrowodkier Kovacs